Narración intercalada
La historia de los fantasmas es una pequeña narración dentro del relato total.
- Inventar otra que explique también su existencia y permita un final parecido al del cuento.
Para trabajar en el blog:
Vamos a hacer volar nuestra imaginación y nos vamos a un pueblito muy antiguo de cerca de Dublín.
"De casualidad, encontraste estas tres versiones sobre el cuento de "Los fantasmas que jugaban a la pelota" en una vieja biblioteca de un castillo de Irlanda. Si tuvieras que elegir uno para publicar en un libro de leyendas irlandesas, ¿cuál seleccionarías?, ¿por qué?" (Las re-narraciones estás hechas por tus compañeros de curso)
La fecha límite para las respuestas es hasta el sábado 14 de noviembre.
Los fantasmas que jugaban a la pelota
Los tres fantasmas estaban atrapados en ese
viejo castillo y no pensaban irse porque, por nada de este mundo, se querían
perder el día del casamiento de su adorada nieta, bisnieta y tataranieta.
Pasaban el día, mejor dicho las noches,
jugando a la pelota y desafiando a los desafortunados visitantes.
Tenían que cumplir su última misión en la
tierra: encontrar un valiente caballero que tuviera el honor de ser el esposo
de la joven.
Cuando llegó Jack lo pusieron a prueba,
igual que a los anteriores, encargándole una misión: conseguir un camello con
tres jorobas, un unicornio y un diamante más grande que el botón de su saco.
El joven anduvo dando muchas vueltas, pero
la suerte lo acompañó, y pudo reunir todo lo que le pidieron los fantasmas.
Cuando regresó de su viaje lo esperaba la
bella hija del labrador. Apenas él le entregó los presentes, el castillo se
llenó de luz, flores y cantos de pájaros.
Desde el cielo un rayo de sol iluminó la
nueva pareja…
Esa era la señal de los viejos fantasmas
felices de ver a su nieta, bisnieta y tataranieta casada con un valiente
caballero.
(Pilar
Videla Pussetto)
Los
fantasmas que jugaban a la pelota
Entonces, los golpes cesaron y una voz gritó:
-¿Qué haces aquí?
-¿Quién eres tú?-Dijo Jack
Sin escuchar respuesta, toda la habitación
comenzó a temblar y bajaron 3 espectros blancos. Ellos le dijeron:
-Somos tres caballeros, padre, hijo y
abuelo, los que decidirán si sigues vivo esta noche. ¿Quién eres?
-Soy Jack, mucho gusto. ¿Qué puedo hacer
para servirles?
-Debes traernos en tres días 4 semillas de
árboles de Sakura, tres momias egipcias y un canguro embalsamado.
-Pero…
-Nada de peros. Solo te dejaremos vivo si
buscas estos objetos. Hay una condición: primero jugaremos un partido de
quemados para revisar tu estado físico. Si ganas te otorgaremos ayuda en esta
búsqueda. Si pierdes, morirás.
-¿1 contra 3?
-Correcto.
-Comencemos.
Y jugando al delegado, estuvieron toda la
noche hasta el amanecer.
-Me parece que gané- dijo Jack, admirando a
la pelota y a los fantasmas enojados; y, en vez de que me ayuden en esta
búsqueda, quiero saber por qué me piden esos objetos.
-Mira- dijo el espectro del viejo- nosotros inventamos una marca de pistola muy
popular. Ésta, mato a mucha gente y los espectros de esas personas nos molestan
y no podemos descansar en paz por ello.
-No se preocupen-dijo Jack- en tres días estaré
aquí.
En ese momento se abrieron las puertas de
la cocina y los espectros desaparecieron, Los dueños de la mansión se
impresionaron, pero más aún cuando Jack salió corriendo.
En dos días este valiente hombre ya había
regresado con todas las peticiones.
Se casó con la hija del dueño de la mansión
y, tres días después, vio 3 palomas blancas volar hacia el cielo.
(Victoria Klepp)
Los fantasmas que jugaban a la pelota
(…) Al cuarto de hora,
poco más o menos; oyó ruidos de cadenas arrastrándose por el piso y una voz
decía:
-¡Por favor, ayúdenme!
¡Por favor!
-Pues yo te ayudaré ¡pero
ven!
Entonces apareció un
hombre con cadenas en los pies, y en los extremos, unas bolas de plomo que lo
dificultaban para caminar. Detrás de él, venían dos hombres, uno más viejo que
el otro, en las mismas condiciones.
Los tres fantasmas rodearon
a Jack cantando canciones satánicas que cada vez lo debilitaban más. Jack tuvo
la viveza de taparse los oídos y cantar canciones de cuna sobre las voces de ellos.
Los fantasmas comenzaron a
asustarse porque era el primer hombre que logró reaccionar ante ellos. Los
encadenados se detuvieron.
-¿Por qué paran?-pregunto
Jack temblando y recuperando su energía.
Has sido el único cristiano
que pudo pararnos con esa bellísima canción, rompiendo la maldición. Mereces la
vida- dijo el fantasma más viejo.
-¿Pero por qué venís aquí
noche tras noche y cómo yo podría daros descanso si es eso lo que os hace
falta? Contestó Jack.
Inmediatamente el fantasma
más joven dijo:
-Hemos sido muy egoístas, bandidos
y tramposos en nuestras vidas, y también
le hemos robado a nuestros vecinos. El diablo nos encadenó hasta que alguien
pueda liberarnos. Solo tú, buen cristiano, puedes ayudarnos a romper esta maldición,
rompiendo estas dolorosas cadenas con tu dulce voz. Pero para ser totalmente
libres debes entregarles todas las pertenencias robadas a nuestros vecinos.
Así fue, Jack cumplió con
su tarea.
En la última noche, antes
de irse, los fantasmas le dijeron al hombre que se irían si él les cantaba una
última canción, y como recompensa se casaría con su nieta.
Jack, agotado, les cantó
una canción. Los fantasmas, dormidos, se elevaron desapareciendo lentamente,
por fin, dejando a todos en paz.
El valiente hombre obtuvo
a la hija del labrador como esposa y, finalmente, ambos vivieron cómodamente en
el castillo gozando su riqueza y paz absoluta.
(Giuliana Martinelli)